Parque Nacional marítimo-terrestre de las "Illas Atlánticas de Galicia"
Aquí están sin duda los arenales más finos, como espejos de sol, y las aguas con las mejores propiedades del océano, frías y más saladas que en el interior de las rías. En las Cíes, la colonia de gaviotas más numerosa de nuestras costas, con unas 22.000 parejas reproductoras, atruenan en época de cría en los acantilados abiertos al mar.
Desde el barco que nos lleva, son la plácida silueta de tres islas que juegan a ser dos. La del Norte o de Monte Agudo se une a la Isla del Medio o también de O Faro por la barra de arena de la playa de Rodas, con el Lago dos Nenos al fondo. La Isla del Sur o de San Martiño permanece separada de las otras por un canal que tiene el título de “puerta del mar”. Existen además una serie de islotes que se engarzan bajo la superficie con unos fondos marinos de enorme biodiversidad, desde bosques de algas hasta todo el marisco y especies de mesa, en espacio protegido.
Al norte, Ons y su hermana Onza cierran la ría de Pontevedra con una línea de costa, se podría decir que alzada con regla. Sin embargo, la parte no visible desde tierra es extremadamente sinuosa y propicia para la formación de furnas (grutas) y escollos orlados de espuma. El paisaje submarino de esta cara oceánica es de paredes verticales repletas de vida gracias al afloramiento de aguas profundas ricas en nutrientes. En esto comparte características con las Cíes. No obstante, a simple vista las Ons presentan menos vegetación arbórea en la superficie emergida.
Más arriba todavíal, el archipiélago de Sálvora, en el extremo occidental de la ría de Arousa, cuenta con gran número de islotes, zona difícil para la navegación que ya ha conocido algunos naufragios. La isla principal a pesar de tener algunas construcciones particulares no tiene disponible un servicio de acceso turístico en la actualidad. Las pequeñas islas de Vionta, Herboso y Noro están consideradas totalmente zonas de reserva, limitadas a trabajos de investigación y seguimiento de sus valores ambientales.
En el interior de este mar de Arousa, de proverbial riqueza biológica, la isla de Cortegada se aproxima casi a tiro de piedra del puerto y paseo de Carril, en Vilagarcía de Arousa. A pesar de esta proximidad y una complicada historia de propiedades, Cortegada y las vecinas Malveiras aportan a la red de Parques Nacionales valores naturales propios como un bosquete único de laureles.
No circulan vehículos, y el número máximo de visitantes establecido en la Cíes en 2.200 personas diarias garantizan la tranquilidad. En las dos islas principales unidas por la playa y un pequeño puente, todos los senderos están indicados partiendo del embarcadero de Rodas. Los itinerarios principales conducen hasta cada uno de los tres faros existentes. Combinados con los dos observatorios existentes permiten recorrer las islas sin adentrarnos en la zona de reserva que ampara los acantilados y furnas de la punta norte de O Cabalo a la punta sur de Canabal.
En el trayecto más largo hasta Monte Faro, hacia el sur, descubrimos, además de la playa y del lago, el observatorio de A Campá, sobre roca viva y ensordecedora de gaviotas. En la parte final, antes del ascenso en zigzag al faro, podemos acercarnos hasta el poblado castrexo prerromano. Aunque hayan sido bautizadas como Siccas (“áridas”) y hoy permanezcan deshabitadas, quedan muchas señales de que han sido pobladas desde la antigüedad por monjes eremitas y pescadores.
En la isla de Ons los trayectos parten del embarcadero de la playa Area dos Cans y el grupo de casa de O Curro levantado alrededor del muelle. Podemos optar por subir al mirador del Faro entre las construcciones de los isleños que vivían tradicionalmente del pulpo y del marisco hasta que comenzó su despoblación a mediados de la década de los 70. Dirigiéndonos hacia los extremos, dirección norte nos situaremos en la solitaria y hermosa playa de Melide; dirección sur y por diferentes caminos podremos llegar a la Cova y Burato do Inferno, una furna con forma de pozo en donde se escucha rugir el mar en las entrañas de la tierra.
Los billetes de embarque para Cíes se emiten con el regreso cerrado en día y hora. No existe transporte regular para saltar de una isla a otra, pero se pueden realizar cruceros turísticos para visitar en conjunto los ecosistemas de las rías, con especial importancia de la bateas (mejilloneras). También para observar la actividad productiva, el muelle y paseo de Carril ofrecen buenas lecciones de marisqueo con sus parques de cultivo de almeja y berberecho. Son la única frontera de la isla de Cortegada que nos muestra en primer plano su espeso pinar.