Hórreos, pazos y cruceiros
No hay dos hórreos iguales. Contemplando el de Carnota, los de Combarro o los de Piornedo comprobarás la variedad. Estas construcciones, destinadas a guardar las cosechas, se levantan sobre pilares que sostienen cámaras ventiladas realizadas en madera o piedra.
Eminentemente rurales, los pazos, grandes casas de familias hidalgas, se edificaron en piedra entre los siglos XVII y XIX, rodeados siempre de magníficos jardines en los que suelen estar presentes especies vegetales de los cinco continentes, destacando las camelias.
Los pazos de Mariñán, Oca, Santa Cruz de Ribadulla o Fefiñáns son algunos de los majestuosos ejemplos que hay por toda la geografía gallega.
Es imposible recorrer Galicia sin encontrarte con decenas de cruceiros ya que hay contabilizados unos 12.000. Se trata de cruces de piedra que se levantan en los caminos o cerca de iglesias y cementerios, expresión de la devoción popular, con el fin de proteger a los viajeros.
No dudes en visitar el de Melide, fechado en el siglo XIV, o el de O Hío, construido en el siglo XIX, que destaca por su espectacularidad, ya que recoge varias escenas bíblicas.